Neurotransmisores que intervienen al lograr el éxito.
Aunque el tema sobre el “éxito” parece algo común siempre habrá algo nuevo que aportar. El éxito no solo se refleja, como pretende los medios publicitarios, en tener yate, mansiones, jets, inversiones, etc., sino en asumir la actitud adecuada en coherencia con los pensamientos sobre la vida, es decir, es la actitud positiva y de Gozo al estar estable y equilibrado de todas las áreas de la vida o, a su efecto, en la mayor parte de ellas, y no enfocarse en una sola. La mayoría de los ciudadanos común creen que ser exitoso es atesorar gran cantidad de dinero e inversiones. Pues bien, te digo que el dinero es útil para la vivir cómodamente; se vuelve un factor negativo cuando la persona es afanada a la codicia y avaricia.
Ahora bien, podemos ser exitosos a nivel familiar, profesional, salud, etc., pero no contamos con los recursos financieros que nos brinden seguridad para lograr cubrir nuestras necesidades básicas como buena alimentación, relaciones sociales, vivienda propia u otra; entonces, debemos detenernos para pensar por qué nos consideramos personas exitosas o personas que van en vía al éxito.
¿Cómo saber si somos o no exitoso?
Nuestro cerebro se encarga de emitir respuestas o señales. Existen las neuronas y los neurotransmisores que reflejan a través de nuestra actitud emocional el gozo del éxito.
Empecemos por definir qué son las “neuronas”. Son células que forman parte del sistema nervioso responsables de ejecutar las funciones del cerebro al igual de percibir los cambios del mismo transmitidos entre ellas a través del proceso comunicativo conocido como “sinapsis”.
Ahora bien, por medio de este proceso comunicativo neuronal se origina sustancias químicas, envueltas en membranas parecidas a una esfera conocidas como “vesículas sinápticas”, cuya función es concentrar, retener y expulsar dichas sustancias llamadas “neurotransmisores”.
Los neurotransmisores son compuestos químicos que se forman al unirse dos o más neuronas dentro del proceso sináptico a través de los “axones” o “axón”, especie de tubo largo y delgado que transmiten este proceso comunicativo por medio del sistema nervioso.
Voy a complementar con un breve ejemplo; estoy en el Rosal de Palermo viendo las variedades de rosas, sus colores, contexturas, fragancias, tamaño, etc; la información llega al cerebro a través de los sentidos procesada, inmadiatamente, a la memoria. Empiezo a remover lo que está almacenado en ella y, empiezo a darme cuenta que son rosales hermosos porque me producen agrado al verlos.Entonces, decido acercarme a uno de ellos, trato de tomar una rosa para oler su fragancia, pero cuando la tomo una espina me pincha el dedo pulgar y, la reacción inmediata, fue separar el dedo de la rosa. La reacción fue inmediata gracias al dolor del pinchazo, miro el pulgar, está saliendo sangre por un pequeño orificio hecho por la espina al pincharme.
Dentro todo este proceso del pinchazo y la reacción involuntaria de quitar el dedo fue transmitido a través del sistema nervioso a nuestro cerebro, gracias a las neuronas y el proceso sináptico. Este hermoso proceso comunicativo neuronal, forma parte del universo que todos tenemos llamado organismo y, puede originar ciertos cambios bioquímicos en él reflejados en la conducta.
A continuación, voy a hablar de las cuatros neurotransmisores conocidos como los neurotansmisores u «hormonas de la felicidad»; están implicados en el esfuerzo gratificante cuando alcanzamos el éxito.
Empecemos por la “Dopamina”; es el neurotransmisor que mayormente abarca el calificativo de la felicidad ya que acciona el proceso de la toma de decisiones para alcanzar el éxito, brindando el gozo, placer, el estado de ánimo y la motivación para tal fin. Cuando tenemos un proyecto de vida, su objetivo reflejará motivación y actitud positiva para lograrlo; luego la dopamina se encarga de enviar las órdenes al cerebro para mantener vivos dichos elementos hasta alcanzar el éxito.
El alto nivel de este neurotransmisor hace que el sujeto esté constantemente motivado para alcanzar sus objetivos, inclusive, los más exigentes. Es la razón fundamental que vemos personas siempre entusiasmada, optimistas y motivadas en realizar las cosas bien para el logro del bienestar personal y común. Por otro lado, la baja producción de la “Dopamina” puede producir lo que se conoce como anhedonia que sería la carencia placer y, por ende, incapacita a la persona de disfrutar cosas agradables y placentera de la vida originando estados depresivos.
El otro neurotransmisor es la Endorfina, es secretado a través del encéfalo ubicado en nuestra cabeza cuyo principal objetivo es controlar los movimientos, el sueño, hambre y todas las funciones necesarias voluntarias e involuntarias. Es conocida como la “droga natural” ya que nos acciona incansablemente en realizar una actividad; por ejemplo, cuando realizamos deportes y, sentimos que quiero continuar más con el entrenamiento porque no estoy cansado, es porque la endorfina está funcionando de forma acelerada.
Lo mismo ocurre con el éxito, cuando logramos un proyecto de vida queremos lograr otros más exigentes y, así sucesivamente; no nos conformamos con los logros sino con otros mayores; por tal razón Napoleón Hill dice “sueña en grande”.
Una vez que experimentamos el placer y la felicidad del alcanzar el éxito, sentimos que nos volvemos adicto a él y, queremos, constantmente, triunfar en todo y, ¿a quién no le gusta esto? Siempre sostengo: “todos nacemos para triunfar”, el simple hecho de nacer y reunir nuestras facultades es un éxito.
Otro de los neurotransmisores que intervienen durante el proceso de alcanzar el éxito es la Oxitocina, conocida como la “hormona del Amor” porque genera los vínculos emocionales positivos que evitan el estrés. Entra en función cuando estamos en compañía de la persona amada que nos produce bienestar emocional, soñamos y tenemos pensamientos positivos; disfrutamos del optimismo y mantiene los niveles elevados de la autoestima; por tanto, la Oxitocina disminuye la tensión arterial producto de la ansiedad y estrés. Es la hormona que genera confianza, pasión y placer al lograr el éxito y, para incrementar su producción es recomendable practicar deportes, meditar u otra disciplina que produce bienestar como el yoga o realizar actividades placenteras o de máximo agrado como pintar, escuchar música, etc. El chocolate también ayuda mantener buenos niveles de esta hormona, pero sin consumir en exceso.
Finalmente, tenemos la Adrenalina conocida como la “hormona de la supervivencia” porque se convierte en el mecanismo de respuesta frente a situaciones de amenazas; permite luchar o huir de cuando estamos en peligro produciendo aceleración del ritmo cardíaco, sudoración , dilatación de las pupilas, entre otros. Su presencia en el éxito está durnte el proceso de la toma de decisiones frente situaciones amenazantes hasta vencerlos. Por eso, algunos autores señalan que el éxito está en vencer los obstáculos.
En conclusión, estos neurotransmisores se desarrollan a través de la información que recibos del mundo exterior que generan necesidad y deseo. La Dopamina motiva; la endorfina nos da el gozo; la oxitocina brinda las emociones positivas y la adrenalina impulsa luchar, perseverar. En resumidas cuentas, son las hormonas del Éxito. .
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